Un país donde las playas pueden estar vacías o llenas de fiesta, donde el buen humor se contagia y las delicias gastronómicas son parte del viaje. ¡Entra en la Samba y siente la diversión y la relajación brasileña!
Urbano, desierto, lleno de cocoteros, de arrecifes, de arena blanca, de arena negra... Brasil tiene un tesoro de arena y mar que colma todos los deseos.
Elige el norte y visita la Praia da Princesa, un lugar muy rústico y exótico. Siga hacia el noreste y pare en Praia da Lagoinha.
Toma una foto de las dunas rojas que contrastan con el verde de las palmeras y sumérgete en el agua cristalina. Dirígete al sureste, visita la Praia da Areia Preta y no olvides ir a la famosa Copacabana. En el sur, la parada debe ser Ilha do Mel, donde te encontrarás con un enorme bosque que se funde con las playas.
Si buscas emociones fuertes, tómate un día para ver las opciones que te ofrece Brasil.
Rafting en el río Rapó, baño en la Gruta Azul (fíjate en la grieta de 30 metros que da acceso al mar), barranquismo y rapel en las cascadas Cassorova y varios parques de aventura repartidos por todo el país.
Brasil tiene para ofrecer muchas aventuras en escenarios inolvidables.
Música, baile, buen humor, mucha alegría y muchas delicias para probar. Animados por el clima y la belleza de su país, los brasileños son contagiosos, donde la fiesta nunca termina y las sonrisas nunca desaparecen de la cara.
Hay festivales en muchas regiones y, si puedes, visita Brasil en el momento del Carnaval para presenciar la mejor fiesta de la historia.
No seas tímido y prueba todo lo que la gastronomía de Brasil tiene para ofrecer. Pan de queso, ron, pizzas de São Paulo y mariscos de Santo Antônio de Lisboa.